5 tips para evitar los microplásticos

Seguro que habéis oído hablar de los microplásticos. De hecho, la Fundéu BBVA la eligió como palabra del año a finales de 2018. ¿Pero sabéis exactamente qué son y por qué son tan nocivos para el medio ambiente y para las personas? Y lo más importante, ¿qué podemos hacer para reducir su proliferación? Las respuestas, a continuación.

5 tips para evitar los microplásticos

Qué son los microplásticos

Se considera microplástico las partículas de menos de 5 mm de este material, generalmente de polietileno (PE), polipropileno (PP) o poliestireno (PET). Se pueden dividir en dos categorías: Los primarios son los que llegan a la naturaleza en la misma forma en que se han sintetizado (gránulos o microesferas). Un ejemplo común es el de la pasta de dientes o los productos exfoliantes, que a menudo recurren a estas partículas para “potenciar” su efecto. Por otra parte, están los microplásticos secundarios, que son fruto de la fragmentación y degradación de estructuras sintéticas más grandes, o incluso de la liberación de fibras durante el lavado de ropa.

Debido a su tamaño minúsculo, algunas veces incluso imperceptible para el ojo humano, no pueden ser eliminados por los sistemas de filtración y depuración de aguas residuales, y terminan llegando a ríos y mares. Allí, aves, peces y demás ingieren estas partículas. Esto provoca daños en los animales que a menudo provocan la muerte.

Ingesta de microplásticos en las personas

No es difícil imaginar que si los animales ingieren estos microplásticos, se están incorporando a la cadena trófica y que por lo tanto llegan hasta nosotrxs. Existe numerosos estudios que demuestran que estamos consumiendo microplásticos a través de muchos alimentos o incluso por el agua. Greenpeace, por ejemplo, publicó un informe sobre Plásticos en el Pescado y el Marisco, y Orb Media publicó un informe según el cual el 83% del agua potable de los cinco continentes analizados por un equipo de científicos contenía microplásticos.

Microplásticos en el pescado

Actualmente no existen estudios sobre los efectos de estas partículas en los seres humanos, pero se sabe que son potencialmente peligrosos, ya que los plásticos contienen una gran variedad de sustancias tóxicas potenciales añadidas durante su fabricación, además de otros efectos de los que hoy en día todavía no se sabe suficiente por acumulación de plástico en el organismo.

Misión: reducir los microplásticos

Es necesario que los gobiernos de todos los países tomen medidas para reducir el impacto de esta amenaza y controlar el uso y consumo de microplásticos, no solamente para el medio ambiente sino también por las consecuencias directas en la salud de las personas. Pero esto no significa que no podamos hacer nada como indivíduos para minimizar la cantidad de microplásticos que llegan a la naturaleza. Por eso, os propongo estos 5 tips básico y fáciles de seguir:

#1 No consumir productos que contengan microesferas

Así de simple. Antes hemos hablado de los microplásticos primarios. Pues bien, si queremos reducirlos es tan fácil como no consumir productos que sabemos que contienen estos elementos. Por ejemplo, se puede optar por jabones exfoliantes ecológicos, que no contienen microesferas de plástico. Para ello, es necesario leer bien las etiquetas de los ingredientes: si se indica que contiene polietileno, polipropileno o terefalato de polietileno (solo por nombrar algunos), es que es un producto a evitar.

Microplásticos en la pasta de dientes

#2 Evitar las prendas de tela sintética

Otra fuente de microplásticos son las partículas y fibras que se desprenden de las telas sintéticas cuando las lavamos. De hecho, según un estudio de la Institution of Mechanical Engineers, el 35% de todos los microplásticos primarios provienen de textiles sintéticos. Por eso, una buena opción es optar por prendas hechas con tela natural, como el algodón, el lino, etc.

#3 Reciclar y reducir

RECICLAR, así, en mayúsculas. Ya sabéis que actualmente se fabrican y consumen cantidades indecentes de plástico, y según algunos estudios, se recicla menos del 10%. Todo este plástico que no se recicle puede fragmentarse generando microplásticos secundarios, entre muchos otros efectos negativos. Así que reciclar es básico para evitarlo.

Pero como hemos hablado en otros artículos, el reciclaje puede rebajar el impacto medioambiental del consumo de plástico, pero no es una solución real. El plástico es caro de reciclar, pierde calidad durante el proceso, y sigue siendo contaminante. Por eso, siempre que podamos tenemos que reducir el consumo de plásticos de todos tipos. Dese envases de alimentos (recordemos la campaña #DesnudaLaFruta) hasta utensilios o muebles, siempre existe una alternativa más ecológica y sin plástico.

#4 No usar productos de plástico de un solo uso

En la línia del consejo anterior. Muchos productos de plástico de un solo uso son reciclables pero raramente llegan a ser reciclados realmente. Un ejemplo claro son las pajitas de plástico, los cubiertos de plástico o incluso los bastoncillos para las orejas.

#5 Evitar el coche siempre que sea posible

Además de la contaminación ambiental más clara y evidente, los coches también tienen mucho que ver con los microplásticos. Y es que la UICN estima que el 28% de los microplásticos son generados por la abrasión del caucho de los neumáticos de los vehículos.

Foto 1: EFE

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